Una tejana progresista persigue al Rey de Laredo. El resto de la nación debería prestar atención.

Jessica Cisneros entró por primera vez a la política en 2020 cuando decidió postularse para el distrito congressional 28 de Texas contra el representante Henry Cuellar, un titular de 15 años y posiblemente el demócrata de Texas más poderoso en el Congreso. Cisneros es abogada de derechos humanos e hija de inmigrantes. Cuellar, el llamado “Rey de Laredo”, confió en el músculo del establecimiento político que lo apoya y el reconocimiento más fuerte de su nombre. Este mes, él enfrenta su primer partido de desempate con Cisneros.

Para algunos, las latinas están corriendo cuesta arriba en un estado como Texas, donde el gobernador Greg Abbott continúa la construcción del muro fronterizo como un proyecto estatal y toma medidas enérgicas contra los migrantes indocumentados a través de su política de “atrapar y encarcelar”.

Pero las candidatas latinas están aprovechando cambios clave.

Texas es el segundo estado más grande geográficamente después de Alaska, racialmente diverso, cada vez más urbano y cada vez más joven y más progresista. Según el Censo de los Estados Unidos de 2020, alrededor del 40% de los tejanos son latinos. Texas tiene la población afroamericana más grande del país, alrededor del 14% de la población del estado. Agregue a esto un porcentaje creciente de asiáticos y una mezcla robusta de otros grupos y ahí se encuentra la diversidad rica y creciente que está configurando el cambio político.

En general, el 14% de los tejanos son menores de 30 años, un poco más alto que la tasa nacional. En las elecciones presidenciales de 2020, los jóvenes texanos acudieron en números récord y votaron abrumadoramente por el presidente Biden. De los nueve condados en el distrito de Cuellar, cinco apoyaron a Sanders en las primarias demócratas presidenciales de 2020, lo que indica que los ideales progresistas no son anatema para los demócratas en la región.

“En marzo pasado, el congresista obtuvo una victoria de 767 votos sobre Cisneros, pero por debajo de la marca requerida del 50% para evitar una segunda vuelta”

Cisneros perdió las primarias demócratas de ese año por solo 4 puntos porcentuales, lo que la posicionó para hacer un segundo intento de derrotar a Cuellar. En marzo pasado, el congresista obtuvo una victoria de 767 votos sobre Cisneros, pero por debajo de la marca requerida del 50% para evitar una segunda vuelta. Ese concurso tendrá lugar el 24 de mayo.

Esta carrera apretada muestra la división ideológica y geográfica entre los demócratas del sur de Texas. El distrito federal se extiende desde el borde de San Antonio hasta Laredo y hasta los condados rurales a lo largo de la frontera sur. Este ciclo, Cisneros se desempeñó mejor en los confines del norte del distrito que están más alejados de la frontera, superando a Cuellar en el condado de Bexar, que incluye la ciudad liberal de San Antonio.

En Bexar, Cisneros ganó el 73% de los votos al 21% de Cuellar. Las líneas del distrito del Congreso recién redactadas incluyen San Antonio y eso pareció ayudar a Cisneros.

También ganó en el condado de Guadalupe, que consiste en ciudades como Seguin, Kingsbury, Staples, New Berlin y Marion, con un 74% para el 18% de Cuellar. Sin embargo, Cisneros perdió ante Cuellar en el condado de Webb, que incluye a Laredo, y en las áreas más rurales más cercanas a la frontera, incluidos los condados de Zapata y Starr.

Los progresistas como Cisneros han tenido éxito en hacer que la gente hable de elecciones fuera del ciclo presidencial en las que los votantes tienden a estar menos interesados. Si ella gana, será parte de una creciente ola progresista aquí que incluye a la jueza del condado de Harris, Lina Hidalgo, en Houston, y al representante Greg Casar (D-35).

Cualquiera que sea el resultado, Texas es un terreno fértil para entablar un capítulo nuevo porque latinos y latinas progresistas están marchando al frente para liderar.

Traducido por Juana Ponce de León.