La revolución será feminista o no será

Chile será el primer país del mundo en escribir una constitución política con participación paritaria de mujeres y hombres. Esta transformación histórica se debe al liderazgo de las chilenas y nuestra declaración en las calles que “la revolución será feminista o no será”.

El feminismo no negocia. No puede pedir solo mejoras a las políticas públicas. Dentro de las principales demandas del movimiento de mujeres en este país está “Ni una menos”, que hace alusión a la súplica-exigencia de que no nos sigan matando, ni violando. Una feminista no podría pedir que nos maten un “poco” menos. El feminismo viene a derribar el patriarcado, busca acabar con un sistema social completo que abastece de machismo todas las relaciones interpersonales. Esta radicalidad es el gran aporte del feminismo a este estallido social que en un año logró derribar el pilar fundamental en el que se sentó el neoliberalismo en Chile.

El domingo pasado, en el plebiscito que se llevó a cabo en Chile, 78.3% de los votantes rechazamos una constitución que representaba el legado del dictador Augusto Pinochet y abrimos la puerta a un proceso participativo para escribir un nuevo documento. La nueva constitución será redactada por una asamblea de 50% mujeres y 50% hombres, convencionalistas que serán elegidos. Este hito que hace no más de cinco años hubiese parecido insólito y descabellado, marca hoy un gran salto desde la sumisión al poder popular. Hoy, la clase obrera que por tantos años fue oprimida, masacrada y saqueada por el burgués, se levanta y establece nuevos márgenes, nuevas formas de construir. Hoy lo queremos todo —no exigimos mejoras, ni caridad, ni reformas, ni asistencialismo. Hoy, el movimiento exige justicia social, equidad y paridad.

Tiembla la clase política al ver la insurrección de un pueblo cansado de bofetadas y mentiras, un pueblo que camina firme hacia la liberación, hacia la igualdad.

En Chile, la mujer tuvo derecho al voto en el 1934 pero solo podrían votar mujeres que supiesen leer y escribir. Esa la misma sociedad que estaba “permitiendo” que la mujer pudiese votar era la misma que le quitaba el derecho a estudiar y así aprender a leer y escribir. Esta paradoja se repite en todo sistema que contemple la sumisión como medio de poder. He aquí el parecido entre el neoliberalismo y el machismo, como formas verticales de relación.

“Tiembla la clase política al ver la insurrección de un pueblo cansado de bofetadas y mentiras, un pueblo que camina firme hacia la liberación, hacia la igualdad”

La mirada de la mujer, ausente por siglos en la construcción de sociedad, se evidencia en la ausencia de derechos fundamentales, en la estática, obsoleta y exigua concepción de familia, de roles maternales y paternales, la forma de uso y abuso de la tierra y el nulo interés de la sociedad y políticas públicas sobre la protección de la infancia.

Desde hoy comienza la nueva concepción de sociedad. Replanteamos el concepto de familia, el rol reproductivo de la mujer, el concepto de trabajo y trabajo no remunerado, el derecho sobre nuestro cuerpo, el uso respetuoso de la tierra, la diversidad sexual, el respeto y autonomía de los pueblos originarios, la protección del medio ambiente. A esto le llamamos “Constitución feminista”.

En adelante, Chile tendrá bastante movimiento político social, al menos los siguientes dos años ya el 11 enero del 2021 vence plazo de inscripción de candidaturas de los convencionales constituyentes. Hasta ahora, el pacto de la clase política ha sellado la posibilidad de escribir la constitución, porque solo quienes pertenecen a un partido político han tenido la oportunidad de hacerlo. Por esto es que el llamado que hacemos quienes hemos salido a la calle a protestar es a no dejar de salir a la calle ya que debemos terminar de erradicar estos acuerdos tendenciosos partidistas para lograr el absoluto poder popular.

El 11 abril del 2021 será la elección de los 155 convencionales. Paralelo a esta elección serán las elecciones municipales y de los gobernadores.

Los 155 convencionalistas constituyentes electos, cuales deben ser 50% mujeres y 50% hombres, y además reflejar los pueblos indígenas, tendrán como único objetivo la redacción, con quorum de dos-terceros. La nueva Constitución puede ser escrita dentro de un plazo de nueve meses que se pueden extender por tres más, luego de lo cual la comisión de convencionalistas se disuelve.

La nueva constitución será sometida a otro plebiscito (de salida), el 1 de agosto del 2022, cuyo voto es obligatorio.

Chile comienza a reescribirse. Chile acaba de explotar.

Sol Danor es activista feminista, defensora de la educación publica, poeta, actriz y payasita de hospital.